Habían pasado tres meses desde que subí al primer vuelo rumbo Venecia, y tocaba volver al aeropuerto Marco Polo.
Era la primera vez que volabas y tenías "jet lag", aunque sinceramente dudo que se pueda tener de 4 horas de viaje y sin cambios de horarios... pero ya habías llegado, como seguir soñando. Y me abrazabas mucho, y no me soltabas.
Aquí los abrazos los había olvidado y se hacía incluso raro -ya estoy oyendo a mi madre, "que toxo eres"- pero era como viajar otra vez de vuelta a Vigo, unos minutos llenos de morriña.
Sonriendo y evitando llorar, vaya dos, maleta en mano.
Recuerdo que durante el recorrido en bus intenté explicarte las zonas por las que pasábamos y me perdí más de una vez, de hecho el centro de Mestre debimos verlo 3 veces en sitios diferentes. La orientación no la he heredado de mi padre, se la ha quedado toda Nere. Nada nuevo.
Al llegar a casa hicimos la comida y tocó celebrar tu cumple ultra atrasado, regalos y tiramisú, que las tartas ya se pasaron de moda. Bendito tiramisú, Aida haz uno un día de estos please.
Lo nuestro es posar natural |
Este tupper ya es famoso |
Pero sobre todo, de no echarte de menos.
Parada obligatoria en la heladería, porque no ibas a venir hasta aquí e irte sin probar esta maravilla. No sé cómo voy a sobrevivir a la vuelta. Tengo dudas.
Y trenes, muchos trenes. La comodidad de no sentirte en una lata de sardinas en un autobús lleno de gente. Y más barato para unos días, quién lo diría.
Lo dicho.. Dándolo todo en plaza San Marcos. Y por favor, mirad mi cara de pura felicidad. |
love is in the aiiiiiiir, nananananananaaa (Batmannn!) |
Menos mal que Byk ve un mapa, se lo memoriza y no se pierde. Porque os podría contar mil y una que me he perdido con el mapa en la mano. Ayer mismo, por ejemplo :)
El domingo cuadraba con ser el primero de mes y algunos de los museos tienen entrada gratuita esos días, así que decidimos ir hasta la Galería de la Academia, probablemente mi favorito aquí.
Busco explicación para la cantidad de ojos que encontramos en este león alado. Duda existencial desde entonces.
Recuerdo que quedamos con Juliana después del museo y nos tomamos un capuccino en la estación, y repito, recuerdo el frío.
Y no sé cómo, uno de los días acabó convenciéndome de cenar hamburguesas. Vale, yo también las echaba de menos.
Pon cara de interesante - Museo della Musica |
Hacía frío esos días, muchísimo. |
Colección de fotos nocturnas en diferentes localidades de Venezia, que él se las conocía mejor que yo gracias a Ezio Auditore. Esa noche (las 19h de la tarde, para que nos entendamos) habíamos visitado el hospital y el Arsenale.
Último día en Italia, ya tocaba Mestre.
Habíamos quedado con Aina y Ángel para probar un restaurante japonés, nos daba igual el que fuera que lo que queríamos era probar cómo se llevaban los italianos con la comida de un país como Japón. Y la nota fue bastante alta, tanto que mi despedida de Venecia la voy a celebrar con una cena en el mismo sitio, ya está todo planeado :D
Maravillas de pescado y arroz. Sin palabras. Fue un gran broche final para una gran visita.
Y a pesar de habernos llenado de sushi hasta las orejas, aún fuimos a buscar un helado esa tarde a la plaza central de Mestre. Sí, donde el chico malabarista de los helados... Necesito otro helado de huevo kinder, per favore!
Me he pasado escribiendo, llevo ya dos horas y pico delante del portátil pensando líneas y cargando fotos. No puedo más que darte las gracias por haber venido y dejarme compartir contigo un poquito de mi aventura erasmus y de esta gran ciudad llena de agua.
Grazie amore mio.
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